El Tattersall fue inaugurado en 1898, tomó su nombre del ciudadano inglés Lord Tattersall que en el Siglo XVII había creado, en Londres, un espacio exclusivo para la venta de caballos de carrera. A modo de tradición, en la Argentina primero y en otros países del mundo después, este tipo de lugar se denominó Tattersall. Era un recinto pleno de emoción donde las pasiones cobraban vida. Ya desde esa época sus salones y jardines se engalanaban para dar cabida a las más grandes e importantes celebraciones sociales.
En 1998 el Arquitecto Jorge Héctor Bernstein, urbanista y conservacionista, realizo la remodelación y puesta en valor del Tattersall, logrando su transformación y manteniendo el espíritu arquitectónico del lugar.
La VII Bienal Internacional de Arquitectura celebrada en 1998, otorgó al Arquitecto Bernstein el “Premio a la Recuperación Arquitectónica al Patrimonio Urbano” por la`’expertice’ puesta de manifiesto en la ejecución de la obra y la cuantiosa inversión realizada.
Hoy, totalmente renovado, el Tattersall, mantiene la magia y esplendor de su historia. Ofreciendo su estilo de excelencia en los eventos sociales o corporativos de alta gama, en las ceremonias oficiales, en los remates de jerarquía y en las exposiciones y congresos de alcance internacional.